La Fundación cuenta con tres residencias culturales, que sirven de soporte para los múltiples cursos, congresos y eventos que realiza a lo largo del año.
La “Casa de Santa María” es una de las residencias culturales de la Fundación. Es una espléndida casa palacio del siglo XVIII, que fue restaurada por el programa de restauración arquitectónica de la Fundación, como residencia cultural.
Con su restauración en el 98, se recuperó la casona original rescatando sus “señas de identidad”. El edificio y su armónico equipamiento hacen que la sencillez y la elegancia sean las claves de su atractivo.
La Residencia “Casa de los Pintores” es un edificio característico de la arquitectura popular de Albarracín. En su restauración se han mantenido los elementos originales de la casa, acomodándolos a este nuevo uso residencial. Se trata de un atractivo alojamiento cultural, sencillo en su fisonomía y particular estilo que sorprende por la calidez de sus espacios. Los servicios que ofrece permiten además la autonomía de cualquier residente.
Es el edificio más emblemático de la arquitectura popular de Albarracín. Es una casita de yeso y de madera, de sorprendentes irregularidades constructivas, que conserva los elementos característicos de las peculiares edificaciones de Albarracín. La Julianeta constituye sin duda, una de las referencias simbólicas del conjunto histórico de la ciudad.
La “Casa de la Julianeta” es uno de los ejemplos de rehabilitación de arquitectura popular. Se ha rescatado en lo posible su disposición original, siempre supeditada a la irregularidad de la casa, con pequeños espacios sobrepuestos, conectados a través de escalinatas de complejo desarrollo. También se ha intentado mantener su carácter residencial, utilizándola hoy además como taller de artistas. Con su rehabilitación se han creado dos pequeños estudios, o uno de mayor tamaño si fuera necesario, con sus respectivos talleres de trabajo.