El Museo de Albarracín se ubica en el edificio del antiguo hospital de Albarracín construido a finales del siglo XVIII. En su fachada, sobre el escudo de la ciudad, puede verse la fecha 1789.
Es una construcción de planta cuadrangular que en alzada dispone de tres alturas y un sótano. La puerta del edificio conecta directamente con el zaguán, espacio de entrada que da paso al interior. Las amplias estancias de cada planta se organizan en torno a la escalera principal coronada por una torre lucernario que ilumina el interior y que presenta de nuevo las armas de la ciudad. El último piso, la bajocubierta, constituye una gran sala sin particiones que nos permite ver la interesante estructura de madera que sujeta el tejado.
Levantado como hospital, debió desempeñar poco tiempo esta función. De esa época el edificio conserva el sistema de ventilación de las salas perforado en los muros que termina en la bajocubierta. También mantiene las letrinas en cada uno de los dos pisos principales. Pasados los tiempos como hospital, fue utilizado como cárcel de distrito, vivienda o almacén municipal. Rehabilitado a finales del siglo XX, se convierte en museo gracias a las excavaciones realizadas en el Castillo, que dieron como resultado cientos de miles de fragmentos de materiales arqueológicos. La restauración de los objetos más importantes dio como resultado la colección estable del museo.
La visita al museo nos permite hacer un recorrido por el entorno de Albarracín y su historia. En la planta de acceso encontramos dos salas para exposiciones temporales y otras tantas con el análisis del entorno de Albarracín y los primeros tiempos de ocupación humana. La primera planta, dedicada a la Edad Media, presenta la colección de las piezas más destacables surgidas de las excavaciones del Castillo. Destaca de ellas la muestra de piezas islámicas, una de las más interesantes y variadas del país: cerámica, metales, orfebrería, elementos en hueso… A aquella misma etapa pero en tiempos ya del señorío cristiano de los Azagra pertenece el fuero de la ciudad, documento original del siglo XIII. Por último, en la bajocubierta haremos un paseo por el Albarracín del siglo XVI hasta el XX.